El bar está lleno, la gente habla alegre, provocando un murmullo general en el que es difícil escuchar tu voz.
Bebo mi café mientras tú no paras de hablar, dices algo sobre “cenizas”, “volar” y sobre “es el fin”, pero yo estoy concentrada en tu pelo, en lo mucho que te lo has dejado crecer desde la última vez que nos vimos. En el familiar color de tus ojos, en esa manía de sostener la cucharilla del café como si de un cigarrillo se tratara…concentrada en ti.
6 años sin vernos y pareces dispuesto a resumir tu vida en un café. Tu mano tiembla y como si echaras de menos destrozarme te levantas sin apenas despedirte. Un leve gesto con la cabeza y atraviesas la puerta del bar como si de un espejismo se tratara.
Sola, sentada delante de las dos tazas vacías deseo que pasen rápido los próximos 6 años para volver a verte, quizás para entonces ya me haya curado y pueda hablarte.
Bueno, como mucho te pasara diez u once veces más.
ResponderEliminarLuego se acabó.
Besos.
¿6 años y un café?
ResponderEliminarPor lo menos unos pastelitos para acompañar...
Y un besote.
Pues espero que se curé porque tantos años es mucha vida pendiente de un encuentro.
ResponderEliminarMuy romantico.
Besitos
No esperes tanto...
ResponderEliminarParecen instantes insuficientes para poder pasar otra serie de seis años.
ResponderEliminarLa narración en primera persona está fenomenal.
Un saludo
Seguro que esperarás lo que haga falta
ResponderEliminarHas narrado fenomenal..
Es asomobroso, todo lo que puede decir las palabras...Gracias, por venir a mi mundo
Y dejar, tus palabras, gracias...
Y me he emocianado con tus letras...Gracias
Besos de brujilla********
¿Un café cada 6 años? Pues ya tiene que ser grande el café o inmensas las ganas de volver a verle.
ResponderEliminarhasta el infinito y más allá