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lunes, 27 de febrero de 2012

NO TAN NOCHE, AUNQUE IGUAL DE RARA 5

Los primeros rayos de sol atraviesan la persiana medio bajada. Lo raro de la situación me hace olvidarme del sueño y de las ojeras que empiezan a cubrir mis ojos. Aquel hombre se ha desabrochado los primeros botones del batín, dejando ver debajo una camisa verde pistacho sin ninguna arruga.
-¿No creerías que dejaría que me mataras vestido en pijama?, tú tampoco deberías apretar el gatillo sin antes cambiarte y darte una ducha. Pareces una asesina de pacotilla.
Pongo los ojos en blanco y me pregunto si este ser extraño no busca otra cosa, me engaña, aprovecha la situación en la que yo estoy desnuda, duchándome para utilizar la fuerza bruta… lo vuelvo a mirar,y compruebo que en realidad su aspecto no es saludable, es todo huesos bien disfrazados en una sonrisa profident, de fuerza bruta no hay rastro.
-Bueno, voy a ducharme, cumpliendo la voluntad de un anciano ido. (le digo señalándole).Espero que cuando salga del baño encuentre todo en su lugar, la pistola viene conmigo, cuidadito con pensar cosas raras o morirás pero de manera tan dolorosa que cuando tu mujer te vea allí arriba no te reconocerá y volverás reencarnado en una cucaracha.- le amenazo.
El anciano se recuesta en el sofá colocando un cojín con dibujos de gatos en su cabeza a modo de sombrero y comienza a cantar una ranchera.
-No se puede ser más raro- susurro.

Durante la corta ducha de agua caliente escucho la grave voz de mi supuesto vecino entonando canciones de amor.
Me visto con un vestido negro, unas medias azules y unas botas altas.
Me observo en el espejo y juego a poner posturas con la pistola. Finjo ser una ladrona peligrosa y pongo cara de bruja malvada arrugando el entrecejo, pongo cara interesante y saco la pistola en señal de amenaza. Me sorprendo a mi misma de la felicidad que me inunda.
-Estoy jugando con la vida de una persona. Se acabó, cuando salga le diré que no, que como broma ha estado genial, que done el dinero a cualquier asociación,  prefiero seguir trabajando archivando facturas y ganando lo justo a que recaiga sobre mi conciencia la muerte de nadie. Aunque se trate de la persona más extraña del universo.
Abro la puerta decidida y dando pasos seguros me dirijo al salón.
El anciano, ahora tumbado, ronca como un cerdo, inspira y expira el aire como si de una máquina expendedora estropeada se tratara.
El cojín descansa todavía sobre su cabeza, dándole un aspecto ridículo que me enternece.
Le tapo con una manta roja que saco del armario y me siento a su lado.
Quizás deba aprovechar y disparar ahora, me digo apuntando a su sien.

viernes, 24 de febrero de 2012

NO TAN NOCHE, AUNQUE IGUAL DE RARA 4

La cafetera grita desde la cocina anunciando que el café esta listo, pero provocando en mi un temblor  que me hace tirar la pistola contra el suelo.
-¡Cuidado! No quiero que mi asesina termine matándose a sí misma- dice sonriendo el anciano que parece rejuvenecer por momentos.
-No, yo prefiero morir en una cama mullida, rodeada de velas aromáticas mientras me masajean los pies, no pidiendo a una desconocida que me dispare. Esto me parece tan irónico y tan…- me levanto a preparar dos tazas de café sin terminar la frase, introduzco la pistola entre mi cadera y la goma del pantalón de mi pijama.
-Genial, me siento una policía de película novata- me digo a mi misma mientras endulzo mi café con una buena chorrada de whisky.
Coloco las dos tazas encima de la mesa del salón y me siento cruzando las piernas.
-Esto no puede ser tan sencillo. Te disparo, me llenas el salón de sangre, de vísceras…-comienzo a imaginarme la escena y las arcadas viajan desde mi estómago a mi traquea, dándole a mi cara un tono blanquecino preocupante.
-Y a cambio obtienes una cuantiosa cantidad de dinero. (Las nauseas desaparecen).
El anciano parece divertido, demasiado como para saberse muerto en unos minutos.

-Es sencillo, reina (dice pronunciando cada letra con calma, mostrando la paciencia de sus años). Cuando yo este muerto, cadáver, cartón… cuando la sangre brote de mi sien como si de una fuente se tratara, solo debes llamar a este número y decir “Fabuloso cerdo muerto”.-me entrega una tarjeta donde leo “Julián, abogado, y un número”-vendrá una persona, algo arisca, comprobará que estoy para colgar a secar y te hará entrega de una llave. La caja donde guardo el dinero esta en mi casa… él te dará todo lo que necesites para huir. Tengo todo pensado.
Mi cara de sorpresa hace que sus carcajadas se eleven en el poco espacio que nos separa.
-¿Fabuloso cerdo muerto?….¡esto es una broma!, maldita perra mi hermana que me la esta devolviendo. Fue un accidente, éramos pequeñas. Vale, ya esta, ¿dónde esta la cámara?, ¿dónde sonrío?- me quito la coleta que recoge mi cabello y lo peino con mis dedos.
El hombre me mira expectante de cada movimiento.
-O te calmas, o ese dinero ira a una alcantarilla, a alimentar a ratas del tamaño de tu puño.

Me siento jadeando, respirando con dificultad, observando cada rincón del salón, esperando que un cámara de televisión salga de detrás del ficus del  rincón  y me llame “Pardilla”.



lunes, 20 de febrero de 2012

NO TAN NOCHE, AUNQUE IGUAL DE RARA 3

Camino en círculos por el salón mientras el hombre rojo carmín me observa paciente.
-Lo he pensado todo, solo debes disparar, apretar el gatillo contra mi sien, ¡Bum! ¡Bum!, coger el dinero que escondo en una caja debajo del cajón de la ropa interior, y huir de aquí, de este horrible piso.
-¡Oye! De horrible no tiene nada. ¿Cómo se atreve? ¿Porqué me has elegido a mi?- hago mil preguntas sin respirar.
-Tú eres joven, atractiva, con toda la vida por delante, se que el dinero estaría en buenas manos, que disfrutarías, que sonreirías como hubiera deseado mi mujer.
Tapo mis pechos al escuchar atractiva.
-¿Y bien? No tengo toda la noche, comienza a amanecer, si decides que no, me marcharé, el dinero lo donaré a la perrera, para que los pobres animales tengan una manta y algo decente que llevarse a la boca, en honor de este ilustre anciano harán una estatua de bronce para el patio, donde salen a hacer sus necesidades- dice mostrando decepción.
Le miro a los ojos y afirmo con la cabeza.
-¿Sí? ¿eso es un sí?, ¡hermosa! que alegría.- se levanta, no sin esfuerzo y me da un abrazo tan fuerte que los huesos de mi espalda crujen como un hoja seca.
-Toma- dice sacando del bolsillo del batín una pequeña pistola y colocándola en mis manos.
El metal de la pistola quema mi piel.
-Solo una cosa antes de que reacciones, ¿puedes hacerme otro café?.

lunes, 13 de febrero de 2012

NOCHE RARA 2

Aquel hombre pegado a un batín no para de hablar, únicamente interrumpe sus largas frases para beber del café que me obligó a prepararle tras ocupar como un yonki mi sofá.
-Sí, cuando mi mujer decidió marcharse de misionera pensé que todo había  acabado para mí.
Me mira esperando una respuesta.
-¿No vas a sentarte?- ,me pregunta señalando el sillón como si fuera su casa.
-¿Va para largo?, ¿cuánto falta para los estertores de la muerte y que llame a la ambulancia?.
Parece divertirse y vuelve a señalarme el sofá haciendo un gesto con las manos que han dejado de temblar. Obligada y con mala cara me siento.
-Muy bien, verás, sin mi mujer yo era un inútil, no sabía ni poner una lavadora así que ni hablemos de hacer la comida.
-Normal, eres un hombre, un machista, un vecino cotilla que irrumpe en la casa de una inocente para contarle sus penas y ahorrarse los 50 euros de una consulta psicológica.
El hombre ríe a carcajadas y siento como si su risa se clavara en mi estómago.
-¿Por donde iba?- dice restregándose la sien tras beberse  de un sorbo el café.
-Su mujer, le puso los cuernos con Dios y se marchó a cuidar negritos.
-Emmm, algo así, tuve que aprender de cero, prácticamente a andar de nuevo y todo era un suplicio para mi, no habíamos tenido hijos y mi querida esposa tenía varios millones en el banco,  los dejó allí a mi nombre, “no quiero pertenecer a esta inmunda sociedad podrida de materialismo y dependiente de estos papelitos de colores, confío en tu buena actitud para que hagas con ellos lo que creas conveniente”, me dijo antes de partir vestida de aventurera.
-Maravilloso, ¿lo donó a un club de mujeres de noche para recibir carantoñas?- el hombre me interrumpe llevándose el dedo a la boca.
-¡No!, esa es la cuestión, anoche decidí lo que hacer con él y tú eres la única heredera, será tuyo si dices que sí.
-¿Es una broma, verdad?, ahora me dirás “gracias por el buen rato”, nos reiremos juntos, volveré a la cama a dormir y no volverás a cruzarte en mi camino, solo en mis pesadillas.
-Reina, escucha, la vida para mi ya es demasiado larga, no puedo suicidarme porque mi santa esposa me rebanaría el pescuezo cuando llegara al cielo, pero puedo ser asesinado… por ti.
Me levanto como si un boxeador me hubiera golpeado, pero dentro de mi algo me dice que quizás este dispuesta a llevar a cabo esta nueva trama que me ha cambiado la vida.

miércoles, 8 de febrero de 2012

NOCHE RARA 1

Llaman a la puerta de forma insistente y algo borde, casi diría que la persona que esta al otro lado se divierte aporreando mi puerta en plena madrugada.
Me levanto llena de furia y camino dando zancadas mientras recojo mi pelo en una coleta mal heck.
-¿Quién coño es?, me cago en toda tu cabeza.- le grito a la puerta mientras abro con la llave.
En el otro lado hay un señor mayor vestido con un batín rojo carmín y unas zapatillas de estar por casa a juego.
-¿Qué?- le digo con tono algo más relajado mientras restriego mis ojos.
-Lo siento reina, pero no sabía a quien recurrir, me acaban de robar, me han destrozado el piso, y temía que vuelvan a por mí, buscan algo que no pienso darles.
Abro los ojos todo lo que puedo para comprobar que no sigo durmiendo y esto es uno de esos sueños de los que me despierto riendo y algo confusa.
-¿Porqué no llama a la policía?, yo no puedo hacer nada- le digo mientras cierro despacio la puerta.
La mano temblorosa de aquel hombre me impide que  lo haga, sin decir nada más me empuja y entra en mi casa cerrando la puerta tras de si y dando dos vueltas a las llaves que cuelgan de la cerradura.
-Ahora querida, vas a prepararme un dulce café y vas a escuchar mi historia.
-Por dios, ya me dijeron  que había perdido la cabeza cuando su mujer se marchó para extender la paz en el mundo, pero estos extremos no son buenos. Le recomiendo que visite a mi vecina, es psicóloga y ella podrá hacer con usted algo más que yo- cruzo mis brazos… pero aquel extraño hombre ya ha avanzado hasta el salón y me espera sentado en el sofá.
-¿Y el café?- me dice sonriendo y frotando sus manos.

lunes, 6 de febrero de 2012

¿Loco?

El frío del suelo me devuelve a la realidad cuando mis pies descalzos lo tocan. 
Enciendo el primer cigarro de la mañana que acompaño con un café tamaño jumbo y una tostada mal untada en mantequilla que mastico sin ganas.
El humo del cigarro rellena mis pulmones y como si fuera tan fácil expulsar el recuerdo lo dejo salir de mi cuerpo en una expiración.
La ducha caliente devuelve a la vida a este cuerpo repleto de huesos, me sonrío en el espejo esperando que me devuelva un “gracias bella” pero solo obtengo el reflejo de una muchacha veinteañera con ojeras y mal aspecto. 
Me visto con el traje negro que expresamente me indicaste debía llevar. Monto al coche para recorrer la corta distancia que me separa del apartamento en el que ahora vives, allí debo cumplir tu último deseo.
Durante el trayecto tarareo una canción triste y dejo que las lágrimas surquen mi rostro.
Sin molestarme en limpiarlas salgo del coche y entro en un cutre bloque de apartamentos, una vez dentro observo un largo pasillo repleto de velas…huele a rosas, a vino, huele a ti.
Me esperas sentado en el suelo, sin levantar la vista me indicas que me siente a tu lado.
Hablas de vivir juntos, de comprar un perro, de tener hijos y ser felices… yo solo pienso en que esta maldita cita acabe pronto, que hundas el cuchillo con el que cortas cuidadosamente las fresas a trozos minúsculos para bañarlos en nata contra mi pecho.
Estas siendo una niña buena. Dices con tono conciliador, pronto acabaré, tendrás los papeles y serás libre.
Fuerzo una sonrisa y pienso que nunca debí casarme contigo, que  nunca debí dejar que entraras en mi mente.
Estas loco- susurro.