Cinco corpulentos hombres rodean a la pareja.
Ellos han sido citados en el parque central a las 9 de la noche, debían llevar la cifra que les pedían en un pequeño maletín blanco (según indicaciones) y esperar que allí alguien les recibiera, de esta manera recuperarían a Ramón.
Ella parece nerviosa, él aparenta ser quien controla la situación, agarrando con fuerza el maletín desafía con la mirada al grupo de matones que se prepara para atacar y con voz grave algo forzada les dice:
-Tenemos los que nos pidieron, no nos hagan daño.
La chica respira con dificultad, jadea por el esfuerzo de dejar entrar el aire en sus pulmones.
-¡A mí marido hacerle lo que queráis, a Ramón no!-grita señalando a su pareja, este le mira asombrado y le propina un fuerte codazo en el costado recriminándole su actitud.
-¡Dáselo!-la mujer parece romper en una histeria trágica y robando el maletín de las manos de su pareja lo arroja unos cuantos metros lejos de ellos.
El maletín sale despedido por encima de las cabezas de los secuestradores, el choque contra el suelo es fuerte lo que provoca que el cierre se abra y los billetes salgan volando por el suelo de losetas grises. Los cinco hombres se tiran al suelo a recogerlos intentando no olvidar un solo billete.
-Y ahora… dame a Ramón…-grita la mujer dejándose el alma.
Uno de los hombres se levanta y da un silbido.
Ramón aparece de dentro de una furgoneta negra, un hilo de baba le cae de la lengua que tiene hacia afuera, corre veloz con la melena al viento, parece feliz…y esque a fin de cuentas solo es un perro.
Entrañable historia , es un gusto leerte y tu imaginación es desbordante.
ResponderEliminarFelicidades!
Un beso
Y vale tanto o más que cien hombres.
ResponderEliminarAbrz.
No, no es sólo un perro cuando lo hacemos tan parte de nosotros.
ResponderEliminarsaludos
Jjejeje fina inesperado, pero para mantener la incertidumbre yo borraba la foto del perro que da pistas de lo que va a pasar.
ResponderEliminar;)
Hay algunos que valen más que algunos que se tachan de humanos...
ResponderEliminarBesos, Laira.
El marido queda un poco mal, jajaja, hay que ver lo que llegamos a querer a estos cuatro patas peludos.
ResponderEliminarBesitos
Quería devolverte la visita y me he llevado una grata sorpresa al leer ( de momento sólo este post) tu creación e imaginación, aunque puedo dar fe que esta historía podría basarse en alguien que conozco, así que cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia.
ResponderEliminarTe seguiré leyendo.
Un besín Laira.
Me ha encantado, enganchado y maravillado. te sigo la pista y ladro ¡¡Guau, guau!!
ResponderEliminarHasta el infinito y más allá
Ramón, como el jefe de camareros del café donde paro de tarde en tarde. QWuizás valga más que él.
ResponderEliminarBlogsaludos
Que bueno!!! De verdad, ¿cómo se te ocurren estas cosas????
ResponderEliminarMe encanta el final!Adoro los perros :)
ResponderEliminarIngenioso, como siempre. Deberíamos reunir relatos con finales sorprendentes sobre animales... yo aporto "Amores perros".
ResponderEliminarMe alegra volver por aquí y verte en forma...
Besos, muchos. Y mucho té. Bombones también, claro.
Jajajajja, quiere más al perro que al marido.
ResponderEliminarSuele suceder.
Muy bueno.
Besos.
Jajjaja muy bueno.
ResponderEliminarMe gustan los perros, son los mejores amigos del hombre.
Un beso.
jajaja buenísima y divertida historia.
ResponderEliminarBuena imaginación Laira, muy creativo!
Gracias por tu visita a mi blog, y la invitación.
Abrazos y buen Finde !!!