Apunto a la cabeza de aquel hombre, me abro de piernas imitando a Angelina Jolie en su última película, pienso “ahora o nunca” y apreto el gatillo.
El ruido del disparo es ensordecedor y por momentos pierdo la noción del tiempo. Cuando consigo abrir los ojos observo la escena. La sangre llena de grumos negros ha salpicado sobre las paredes haciendo imitación del gotelé, un líquido denso cubre mi cuerpo y mi rostro, su cabeza tiene un agujero pequeño justo en el centro por el que chorrea una sustancia morada. Es asqueroso.
La pistola arde entre mis manos, “no he sido capaz” pienso, “soy una asesina”, “soy una enferma”, poco a poco noto como mis piernas pierden fuerzas y caigo al suelo mientras restriego con fuerza la sangre de mi vestido.
El aire apenas entra en mis pulmones provocando que toda la habitación de vueltas.
Chillo, vomito, tiemblo. Un dolor recorre mis entrañas, su nombre es culpabilidad y no deja hueco sin apretar, comienzo a sentir que no seré capaz de guardar esta escena en mi interior. Necesito borrarla, huir.
-Fabuloso cerdo muerto-susurro- sí, la tarjeta. Tenía que llamar.
Una vez me imagino tumbada al sol en un lujoso hotel, rodeada de billetes y ropa cara la culpabilidad se esfuma por los poros de mi piel y se evapora como el sudor que empieza a empapar mis axilas.
La tarjeta reposa sobre la mesa.
Manchada de sangre deja ver un número de teléfono el cual marco como si fuera lo último que me quedara en la vida. Algo no muy alejado de la realidad.
Te lo has cargado!!!!!
ResponderEliminarContigo ni un café eh!!!
Besos.
Mi combustión mental en este texto es que marco el teléfono, agarro la tarjeta, y con las tijeras de la cocina la rompo en dos. Luego la incinero y por último mezclo las cenizas con un Dry martiny
ResponderEliminarPara compensar el odio, me embuto en un tugurio, aparentando estar en la realidad normalizada, donde ingiero otro dry, y una docena de sueños por cumplir.
Un abrazo.
uffffff laira, pues si que eres, todo un personaje,
ResponderEliminarJAJJAJA, me ha gustado, vamos que eres buenísima
No dejes de escribir asi
Besos de brujilla
¡Por fin lo hizo! Y ante un lujoso hotel es normal que la culpabilidad se esfume.
ResponderEliminarBuen final ¿no?
Besitos