Piensa, piensa, sólo quedan 30 segundos.
Ella recoge apresuradamente sus cosas y las arroja con furia en la maleta abierta encima de la cama.
Joder, ¿qué le digo?.
No me mira, apenas me ha hablado, solo me ha dicho que era el fin.
-Quiero… quiero decirte algo.
Nada, parece que mi voz apenas es un susurro leve y ella me ignora. Empieza a cerrar la cremallera de la maleta.
-¡Para! ¡Para!¡Joder! ¡déjalo ya! ¡es imposible!
Ella deja la maleta en el suelo y retirándose el pelo de la cara con un bufido me observa fijamente.
-Imposible eres tú. ¿Sabes que te digo? Cuando aprendas a querer me llamas… mira déjalo, ni me llames. ¡Que te den! ¡y bien fuerte!.
Da un patazo a la maleta justo antes de que la alarma indique que el tiempo ha acabado.
Ella me mira soltando una carcajada bailarina.
-Estoy demasiado colapsado.
-¿Lo intentamos de nuevo?.
Y así, conectando la alarma del reloj, recreamos una y otra vez la posible escena del final.
salud Laira, he llegado primero otra vez, venis uno mejor que el otro. ¿Qué hacen estos chicos practicando escenas teatrales junto a una cama?
ResponderEliminarmuy bien. He sido moderado (je)
Jugar, teatralizar, siempre es bueno. Oxigena las relaciones, conjura el miedo, ayuda a comprender lo incomprensible.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, Laira
De gran sorpresa el inesperado final; qué además consiste en un relato por sí mismo. Nos ilustra cuan simpática puede resultar una colaboración creativa.
ResponderEliminar...Y sentarse , juntar los trapos sucios , no para tirarlos a la cara, si no para lavarlos juntos..
ResponderEliminarEntrañable y el final inesperado ....siempre hay tiempo para aprender..."a querer".
¡Me gustan tus combustiones.
¡Buen fin de semana.!
Besos.
Bueno, hacen bien, la vida es un teatro y casi siempre una farsa.
ResponderEliminarY no, no estoy enfadado contigo, no ves que te hago rabiar...
Aynssssssssssss
Besos.
Jaja, tu relato me sacó una sonrisa.
ResponderEliminar:)
Que ingenioso....me encanto
ResponderEliminarUn abrazo
Una buena escena teatral...donde los protagonistas hacen gala de lo que ocurre por desgracia en algunas cuatros paredes...con un final de...fueron felices y comieron perdices...un besote...me ha gustado.
ResponderEliminarBuen final el que le has dado al texto.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gustaron tus combustiones... Me quedo por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo ( o dos).
A eso llamo deporte de alto riesgo.
ResponderEliminarBisous.
¡Muy bueno y original! Hay que estar preparado para el final.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por dejar tus huellas en mi rincón y traerme hasta este bello lugar, me quedo disfrutando y descubriendo tus letras, me parece un lugar precioso.
ResponderEliminarUn beso.
Yo siempre he sido de esos que ensayan los comienzos, no los finales, je, curioso el escrito, un saludo y pásate por mi sitio si te apetece :)
ResponderEliminarEnsayando un final, tal vez nunca llegue. Muy interesante la idea. El texto, expresivo, parece un guión de teatro. Me gustó.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, un gusto. Le he encontrado mucho sentido a esta ejercitación de un fin considerando que la muerte de un amor es siempre un proceso tan doloroso y difícil de concretar. No cuesta nada comenzar pero mucho terminar. Hemos de saber que el amor es siempre un salto al vacío y que su muerte, como en la Vida, va con nosotros siempre.
ResponderEliminarUn fraterno abrazo!
Ensayando un final, se pierden vivir un presente, que les puede reportar un futuro más prometedor.
ResponderEliminar¿Ensayando el final? No está mal, muy creativo y de paso ganando tiempo.
ResponderEliminarBesitos