El inspector recorre la sala con atención. Suda copiosamente, su tamaño impide que pueda moverse con agilidad, una prominente barriga indica que en los descansos ha cambiado el repaso de sus casos sin resolver, por donuts rellenos de monotonía y falta de inspiración. Un ayudante hace fotos a todo lo que con mala gana el enorme inspector le señala.
-Marcos ¿observa algo fuera de lo normal en esta escena?
El joven policía sube la montura de sus gafas con un gesto automático.
-Bueno observo a una mujer blanca de pelo rubio, de unos 20 años, la rigidez y el color de su cuerpo indica que apenas lleva unas horas sin vida, esta acostada sobre una cama colocada cerca de la ventana, su peso descansa hacia a la derecha, parece que no tiene signos de violencia, lleva un vestido rojo muy elegante, huele todavía a perfume, de hecho parece que esta viva.
-¿Y que hay cerca de ella?
-Un móvil. señor inspector, y además esta parpadeando.
El ayudante coge el móvil recolocando sus blancos guantes en una ensayada escena delante del espejo.
-Es un mensaje. “Llegaré tarde, no me esperes despierta. Besos”.
El inspector seca el sudor que recorre su frente con un pañuelo amarillento y con un quejido propiciado por el dolor de sus articulaciones arranca el móvil de las manos del joven policía.
-”Me he cansado de esperar, de hecho me he muerto del asco”, escribe con sus rechonchos dedos , reenvía el mensaje riendo de forma escandalosa.
Tira el móvil encima de la cama, cerca del cuerpo sin vida de la joven que murió esperando.
este sí que es bueno, Laira, si que es bueno.
ResponderEliminarGordo pero con cierto sentido del humor.
ResponderEliminarY ella muy obediente (no le espero despierta).
Al parecer no era la primera vez que llegaba tan tarde.
ResponderEliminarEl amor, mata..y la mentira, también.
Lo de las esperas, eso ya es arena de otro desierto.
besos laureados
El inspector y tu tienen sentido del humor
ResponderEliminarMuy bueno
Un abrazo
Me encantó, a pesar del cochino inspector. Un abrazo.
ResponderEliminarRelato bien trazado con un final humorístico y macabro, pero bien realizado.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Es que la espera desespera, dicen... jajaja... escribes bien Laira!
ResponderEliminarBesos y se feliz!
Es gracioso el inspector.
ResponderEliminarMe cae bien.
Besos.
la mentira se teñía de libélulas guasonas. Cada tarde esperaba si llegaba o no un mensaje. Cada tarde impaciente, se preguntaba el por qué de su espera, si es sabido que tras una mentira la verdad ya no regresa. La confianza se agusana. La desconfianza se enroca, y la duda se instala en el dobladillo de la falda.
ResponderEliminarEl inspector lo sabia, mucho mejor que ella.
Un abrazo.
muy "cachondo", el inspector. me ha encantado.
ResponderEliminarNo le falta sentido del humor al inspector, supongo que es la manera que tiene de amenizar sus rutinarias jornadas.
ResponderEliminarUn beso.
Ese inspector tiene mucho cachondeo o pocas ganas de trabajar. Y ella, mejor buscar otra salida a suicidarse o... ¿no se suicidó?.
ResponderEliminarBien contado.
Besitos