La bebida recorre el camino desde la robusta barra a las mesas con la velocidad de un huracán en plena acción. Acalla las desgastadas gargantas ansiosas de alcohol de los huéspedes y clientes que de forma excepcional esta noche llenan la pequeña taberna.
El canoso tabernero limpia sus manos con un trapo antes blanco, mientras sonríe al ver aumentar su pequeño saco de monedas.
Una troupe de artistas itinerantes, en un escenario improvisado interpretan el primer acto de una divertida comedia, despertando carcajadas y aplausos de un público algo borracho.
La puerta de la taberna se abre con furia. Un caballero con botas altas, capa negra y una prominente barba avanza dando zancadas furiosas hacia la barra.
Observa su alrededor mientras en su cara se refleja la viva imagen del asco y la furia contenida. Su mano, con los nudillos en tensión descansa sobre una espada todavía envainada, pero amenazando con cortar cualquier cabeza.
-¡Tabernero! ¡necesito una bebida fuerte! …¿puede decirme porqué hay tanto escándalo? ¿acaso regala los servicios de una ramera? ¿su mujer quizás?.
El tabernero, acostumbrado a lidiar con borrachos y algún que otro noble con los humos subidos, recita con una radiante sonrisa el listado de los platos y bebidas que puede servirle.
-¡Estiércol! ¡Me ofrece estiércol!… he ido a parar al peor pueblo, gente sin educación, comida que parece paja de un establo, mujeres entradas en carne y casi sin dientes….
El caballero empieza a enfurecerse, escupe copiosamente como un pequeño riachuelo cuando habla.
-Señor, usted cálmese, bébase esta cerveza mientras yo bajo al almacén a prepararle algo de comer, le puedo asegurar que todo lo que sirvo es de alta calidad.
El tabernero se pierde en la oscuridad del almacén, prepara en una bandeja un plato con la poca sopa que queda en el caldero, un generoso trozo de pan con mantequilla y algo de embutido y un trozo de tarta de chocolate recién hecha.
Sube los escalones concentrado en no derramar ni una gota de la sopa que baila dentro del cuenco.
Se extraña del repentino silencio de la taberna ¿se han marchado todos? ¿porqué ya no ríen?.
Al abrir la puerta que le separa del salón, admira horrorizado la obra de arte del orgulloso caballero.
En sus manos descansa la espada, chorreando un hilo de sangre que cae golpeando contra el suelo de madera. Las cabezas de los actores y actrices separadas de sus cuerpos dejan una estampa escalofriante. Cuerpos mutilados, sangre, olor a muerte. Silencio.
-Pero ¿qué ha pasado aquí?- dice temblando y dejando caer la bandeja a sus pies.
-Gritaban mucho, apestaban, merecían morir, seguro que ahora están mucho mejor. Les he ahorrado seguir viviendo en un mundo que no es para ellos. ¿Y bien? ¿qué me ha preparado? Tengo que decirle que mi paladar es muy exigente y que mi espada lo es más que yo.
-Po…po….por favor… ¿qué quiere de mí?.
que rece para que la comida no esté sosa, porque este capitán alatriste psicópata lo deja seco en un abrir y cerrar de ojos. ríete tú del chef de pesadilla en la cocina! :)
ResponderEliminarLo normal no?
ResponderEliminar:P
Besos.
Al fin un alma caritativa...Un abrazo.
ResponderEliminares lo que tienen los montaraces, que les gusta que les traten bien. A los demás ya nos da lo mismo, estamos acostumbrados a que nos pateen con brutalidad y a morder el polvo de vez en cuando. Besos para la cantinera que se supo esconder a tiempo de las manos aviesas del forastero...
ResponderEliminarCuando Hesse sentenció "No existen ciudades aburridas sino individuos aburridos" sin duda no conoció España, habría dicho "No existen tabernas aburridas sino clientes aburridos". Saludos :)
ResponderEliminarDicen que en las tablas, clavo que sobresale recibe el primer martillazo. Acá la espada les ganó a todos y separó las aguas.
ResponderEliminarGenial texto.
Besos.-
Siempre he pensado que el mejor público para un artista es el que está borracho, o que quiere emborracharse de tu arte; me gustó el escrito pero el final bastante horroroso no? (en cuanto a la sangre y todo eso jaja)un saludo cordial en esta noche de noviembre!
ResponderEliminarHa tenido un detalle con los actores y las actrices, de verdad un buen hombre.
ResponderEliminarPobre del tabernero que ya no tiene sopa para darle...
Me gustó mucho.
Besos.
Mal veo al tarbernero, pero que muy mal con semejante energumeno con espada.
ResponderEliminarBesitos