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lunes, 26 de marzo de 2012

Fideos

-Señora, tranquilícese, respire y dígame qué es lo que esta sucediendo.
-¿Qué me tranquilice? ¡No puedo! ¡Mi marido esta con un ojo en la mano!
-¿Un ojo? ¿De quién?
-¡El suyo! No se cómo ha pasado, estábamos cenando mientras veíamos la tele y de repente su ojo derecho ha caído sobre la sopa… ¡es horrible!
-Pero señora, ¿se ha desmayado? ¿Ha perdido el conocimiento en algún momento?
-Yo no, él sí, lloraba mientras rebuscaba su ojo entre los fideos, que siempre me salen muy buenos.
-¿Respira con normalidad? Le estamos mandando una ambulancia, llegará lo antes posible, intente que su marido…
-¡Ay! Los fideos, todos desperdigados por la mesa, tienen mucha historia, es una receta antigua, mi abuela me la enseñó cuando era una cría, y ahora están manchando mi mantel de ganchillo.
-Señora…su marido…
-No…fue mi abuela, mi marido es un manazas, es un torpe inútil que no sabe hacer un huevo frito, estoy cansada de mirar por él las 24 horas del día.
-Pero…
-Nena, ahora esta tranquilo, no grita ni llora como hace un momento. Mientras llega la ambulancia puedo darte la receta…te aseguro que les gustarán tanto a tus comensales que los ojos se saldrán de sus órbitas.

5 comentarios:

  1. Se me han quedado los ojos como platos.

    Besos.

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  2. Este es realmente delirante. Muy divertido el diálogo... pero mejor no, no me des la receta, estimo mis ojos.

    Besitos

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  3. jaja muy graciosa, pero no quiero la receta
    Un abrazo

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  4. Muy bueno, me ha sacado una sonrisa divertido e ingenioso felicidades

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Deja tus combustiones mentales, siempre son importantes y me hacen sonreír.