El otro día volvió a suceder. Estoy totalmente convencida de que en mi cama hay un ser que engulle mis calcetines. No hay manera de encontrarlos, hay una puerta que lleva a un segundo mundo, el de los calcetines de colores, rayas y dibujos de flores.
Supongo (y espero) que allí vivan felices, porque estoy cansada de comprarme calcetines y luego no encontrar la pareja de otro.
La cuestión es que me desperté sin calcetines, con el móvil en la cara, el despertador insertado en mi espalda (aun me duele ¡au!), con la luz encendida y con la almohada colocada en plan estranguladora.
Por ello hago un llamamiento, si alguno de vosotros ha conocido a su ser particular engulle calcetines que me lo presente, a ver si los presentamos, se enamoran, se van a vivir juntos a una cama de matrimonio y me deja al fin en paz.
Ese ser engullidor calcetinil vive en las lavadoras de todas las casas.
ResponderEliminarEn tu caso debes tenerlo en la cama (ya avisabas que eres rarita... ja ja ja).
Mi cama también engulle calcetines. Y a veces hasta mi férula de descarga.
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